Xepa Cerebral

16 julho 2009

Conto


Después de más de 10 años sin que supiera nada de él, decidió volver a casa.

Llevaba puestas las mismas ropas de cuando lo ví por lá última vez. No tenía el pelo largo. La barba tanpoco. Si no tuviera un o dos trazos de la edad, podría decir que el tiempo no había pasado, que estábamos en 1995 todavía.

Pero no estábamos. Ya era 2005, 10 años después. Y él no dijo nada, como si nada hubiera ocurrido.

No tuve valor preguntarle el por qué huyó. Su sonrisa era la misma, sus ojos traían experiencia, aunque también él parecía cansado.
Me preguntaba en silencio lo que habría hecho el durante todo el tiempo, las cosas que había vivido, los sitios dónde estuvo, las personas que había conocido. Pero todo fue misterioso. Misterioso como había sido toda su vida.
En ese medio tiempo, mamá murió, tuve dos hijos sin tío, nuestra hermana se graduó.
Y a él nada le pareció nuevo. Se acordaba de todo lo de antes, donde las cosas estaban en casa.

Pasados dos meses, cuando llegué de mi oficina, no lo encontré. Se había ido otra vez, sin decir porque, donde y cuando volverá, si vuelve. Y, a mi, sólo me quedaron las dudas de todo que lo pasó y vivió y no tuve valor de preguntarle.

Pero la seguridad que está feliz.

2 Comentarios:

Postar um comentário

<< Home